Llevábamos unos días siguiendo la noticia de que un cargamento de arenas bituminosas iba a desembarcar en el puerto de Bilbao. Evidentemente, y como uno sabe sumar dos y dos, enseguida pensé que el destino sería la refinería de Petronor en Muskiz, especializada en el tratamiento de crudos de baja calidad, y que además ahora cuenta con la planta de coke, que le permite exprimir más aún lo que llamamos «bono basura de los hidrocarburos». Hoy la noticia parece que se ha confirmado, así que me toca contaros un poco sobre lo que son estas arenas.

Las arenas bituminosas son un tipo de hidrocarburo no convencional, en el que aparece un hidrocarburo líquido pesado mezclado con arena. Para que nos hagamos una idea, es como asfalto mezclado con arena, tal y como se puede ver en la foto de al lado. Se forma cuando un yacimiento convencional se acerca lo suficiente a la superficie como para que se escapen las fases más ligeras, como el gas o los líquidos más ligeros. De esta forma, lo único que queda es un líquido muy espeso (asfalto, bitumen) mezclado con la arena.

Al estar la arena bituminosa tan cerca de la superficie, su extracción se suele hacer directamente por minería a cielo abierto, tal y como se ve en la imagen superior. Esto está generando una gran ocupación de terreno, con tensiones importantes en las comunidades que viven en la cercanía. Además de estos, nos encontramos con otros efectos habituales en la extracción de otros recursos no convencional: gran consumo de agua, contaminación de aguas superficiales, emisión de gases de efecto invernadero, presencia de metales pesados en el terreno…

Mención aparte merece el balance tanto energético como económico de su explotación. se estima que por unidad de energía que se invierte en su extracción (La Tasa de Retorno Energético) se obtienen seis unidades, lo que queda por debajo del rendimiento que necesita nuestra sociedad actual, que está en torno a 10. Con respecto al balance económico, como el resto de recursos no convencionales, es sólo rentable con precios de petróleo elevados, por encima de los 80 $/barril, algo que en la actualidad está superado, y a futuro se entiende que seguirá aumentando.