Continúa aquí la saga Ateniense de los dos descerebrados que se liaron la manta a la cabeza y en un milisegundo cambiaron Belfast por Atenas, aunque esa es otra historia que algunos ya conoceis…
El viernes por la mañana nos levantamos con nuevas fuerzas planeando el resto del día mientras nos levantábamos y bajábamos a desayunar. Decidimos que con la insolación del día anterior más nos valía pasar el día a cubierto (o al menos parte de él) para no terminar con la piel achicharrada. La opción era evidentemente visitar el museo arqueológico de Atenas, que pese al espolio que ha sufrido esta tierra en el tiempo, aún tiene mucho y muy interesante que mostrar. Así que nos empezamos a preparar y al asomarnos a la ventana para comprobar la temperatura descubrimos que… está lloviendo!! Pues nada, el plan sigue siendo igual de bueno, así que allí nos vamos, como buenos chicos de Bilbao que somos, sin paraguas ni chubasqueros… hay que reconocer que a pesar de ser de estas tierras húmedas, también nos mojamos. Del museo poco que comentar, además de que es una visita indispensable. Cubre todas las épocas, desde el neolítico hasta el final del periodo clásico, y todas artes posibles, desde alfarería, metal, orfebrería,… bueno, sí, algo que comentar: muy pocas piezas erótico-pornográficas, de esas que todos sabemos que hay por todo Grecia.
Para la comida nos recogía nuestro anfitrión, que nos llevó a un restaurante cercano, en la zona de Exarchia, con cocinero oso-macizo de mi tipo incluido. Como todo lo que hemos probado en este viaje, comida exquisita. Tarde de café, visión de fotos, visita de tiendas, y siesta.
Por la noche quedamos de nuevo para ir de fiesta por la zona de Gazi. Primera copa en un garito de pinta industrial (Shut the Fuck Up creo que era el nombre) en la Calle Piraeus, que pillaba a mitad de camino. De ahí, y ya en Gazi, visita de rigor al local bear de la zona, el Big. Poco reseñable, solo que cada vez que visito estos locales, y a pesar de lo mucho que me pueda gustar la clientela, termino con una sensación de deja vú (excepto honrosas excepciones), las mismas caras, los mismos gestos… pero hay que hacer esa visita! De ahí directos a un bar de lesbianas muy divertido (lo siento, pero no me acuerdo del nombre), y al Key44, un garito muy moderno de pinta industrial, muy al estilo londinense, con una clientela muchisssssimo más interesante todavía. El pobre Ekiots, muerto de hambre igual que nuestro anfitrión, tuvieron que hacer una parada para comerse una crepe de tamaño descomunal antes de tener la experiencia de compartir un taxi camino del hotel. Evidentemente, y puesto que eran las 5 de la mañana bien pasadas, no tuvimos más opción que desmayarnos en la cama…

Escuchando: My Hero de Foo Fighters

Pd: estoy sin conexión wifi estos días debido a un problema con el router, que se ha declarado en huelga. Así que como no puedo disfrutar del placer de navegar sentado en el sofá, estos días estaré algo ausente del resto de lugares… suficiente si voy actualizando este blog. Pero la gran experiencia del servicio de asistencia “técnica” de Orange, empeñado en que instalara los drivers de windows en mi Mac, o de si estaba usando el navegador “Leopard” bien valen una entrada… que guardo para otro momento!!

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Aitor Urresti

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