Vuelvo de este largo letargo, que posiblemente retomaré en breve(jejeje) para hacerme eco de una noticia que lleva unos días rondando por los círculos de los investigadores, y alterándonos un poco las neuronas. El gobierno ha decidido recortar las aportaciones a la investigación dentro de sus medidas anticrisis, curiosamente cuando todo el mundo está de acuerdo en que es la innovación la que nos puede dar un empujón fuerte en la recuperación económica. Todo esto unido a nuestro querido lehendacari, quien en una más de sus geniales intervenciones vino a decir que no había demasiada relación entre la I+D y la economía, que eran dos temas aparte…. en fín, tal vez por eso el hombre hable tan poco, porque cada vez que abre la boca….
Ajunto aqui un escrito de la Federación de Jóvenes Investigadores que le he robado a Nils:
En el año 2002, ya designado candidato a la Presidencia del Gobierno, el Sr. Rodríguez Zapatero declaraba que «es imprescindible que la sociedad asuma que los investigadores son trabajadores». Siete años más tarde, su Gobierno sigue sin reconocerlo. No sólo eso, sino que ha torpedeado medidas que podrían solucionar la situación y ha excluido conscientemente a amplios grupos de investigadores de la protección de la tímida normativa que, al verse presionado por el colectivo, acabó aprobando en el 2006. Como consecuencia, nos encontramos en pleno siglo XXI con personas que, bajo un gobierno autodenominado socialista, siguen trabajando sin contrato, sin cotizar a la Seguridad Social, sin cobertura de riesgos laborales, etc.
Además de lo ya indicado, la Administración Pública ha batido récords de improvisación e ineficacia. La Subdirección General que gestiona gran parte de los contratos pre y postdoctorales ha cambiado de Ministerio de adscripción dos veces en un año, con la consiguiente paralización administrativa. El plazo de resolución de determinadas ayudas supera los ocho meses (cuando la convocatoria establece un plazo máximo de tres) y su gestión se convierte en un circo. El calendario de convocatorias es una aleatoria ruleta rusa y éstas aparecen según el humor y las chapuzas de los gobernantes, como se demuestra con las ayudas postdoctorales: la convocatoria de 2009 lleva ya siete meses de retraso mientras los investigadores a la espera de que se publique no reciben ninguna información sobre cuándo sucederá.
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se comprometió a un espectacular aumento de la inversión en I+D. Si ya en poco se notaron esos fuegos de artificio en la situación de los investigadores, ahora se nos anuncia ni más ni menos que un recorte del 37% en la partida de I+D+i de la que salen las becas y contratos de investigación competitivos o los proyectos de investigación. Parece que el dinero que sí tiene el Sr. Zapatero para iniciativas como el Plan E falta para la investigación científica; seguramente es culpa nuestra, porque, a diferencia de un paseo marítimo o una farola, un investigador no puede ser inaugurado ni se ponen primeras piedras del reconocimiento de los derechos sociales.
Es sorprendente que, constatado el fracaso del modelo económico asentado en el ladrillo y en un momento en que las principales potencias refuerzan su apuesta por una economía innovadora y orientada a sectores emergentes, el Gobierno se empeñe en proseguir un rumbo errático al borde del abismo. El Presidente del Gobierno ha decidido seguir fielmente la afirmación de Benjamin Franklin: «La única cosa más cara que la educación es la ignorancia».

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Aitor Urresti

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