gasoducto-sur-andinoComo ya comenté en la entrada de introducción a la propuesta de la Comisión Europea de Unión Energética, el primer pilar en el que se quiere basar la Unión es la seguridad energética, solidaridad y confianza. Para ello, hace una apuesta para asegurar las vías de entrada de gas natural y uranio, relegando a la generación de renovables y la generación distribuida a un par de menciones en todo el apartado. Vamos a desgranar en profundidad este apartado, y plantear alternativas a las propuestas.

La propuesta, enfoca la diversificación de la oferta sobre todo en dos áreas: gas natural y Uranio, donde habla sobre todo de aumentar las vías de entrada y los países de origen. Aquí, apuesta por las grandes infraestructuras, como el Southern Gas Corridor, y las plantas regasificadoras en el norte de Europa. Al mismo tiempo, la propuesta propone diversificar los países suministradores de combustible nuclear. En el texto se menciona incluso que la acción exterior y la diplomacia de la Unión Europea debe ir ligada a asegurar las vías de entrada y las buenas relaciones con los países de origen del gas natural y el uranio, limitando por lo tanto la capacidad de acción de la UE en temas como los derechos humanos.

Como argumentación para esta propuesta , menciona que el gas complementa muy bien la producción intermitente de las energías renovables. Ni siquiera considera el almacenamiento de electricidad renovable, mediante técnicas como las baterías de flujo, que ya se encuentran en fase de pruebas, y que en poco tiempo vamos a tener implantadas a nivel comercial. Carece por lo tanto de una visión siquiera a corto plazo de la evolución de la tecnología. Además hay que añadir que la diversificación de fuentes renovables produce un efecto de complementariedad que disminuye el riesgo de fallos en el sistema eléctrico. Como ejemplo, la eólica, solar e hidráulica se complementan a la perfección, como ya lo ha demostrado la isla del Hierro.

Las renovables sólo aparecen en una mención junto con los fósiles no convencionales, esto es, con el empleo del fracking para extraer gas pizarra. Lo mejor es que leyendo el párrafo donde se citan, parece que sobre todo habla de incineración de residuos. El resto de renovables ni los nombra. Y ya sabemos que lo que no se nombra, es como si no existiera.

Se trata por lo tanto de una propuesta que se fundamenta sobre todo en mantener la dependencia de la Unión Europea del gas natural, al tiempo que se mantiene el mito de que las energías renovables son inseguras, y carece absolutamente de visión a corto y medio plazo. Se trata por lo tanto de una propuesta de unión energética para hoy, pero no para dentro de 5 años. No olvidemos que el peso de las renovables va subiendo en toda la Unión Europea, lo que va a hacer que disminuya el consumo de combustibles fósiles, al ser desplazados estos por las renovables. Pero además, esta apuesta es incompatible con la lucha contra el cambio climático y los objetivos de reducción de emisiones de la propia UE, que proponen llegar a 2050 con una economía descarbonizada. La propia Agencia Internacional de la Energía advierte a los países de no realizar grandes inversiones en infraestructuras de combustibles fósiles que luego los mantengan cautivos de la necesidad de amortizarlas, y advierte de que para cumplir con los escenarios del IPCC, para el año 2020 el 80% de las inversiones en el sector energético deberán ser en tecnologías bajas en carbono.

La apuesta por la seguridad, la solidaridad y la confianza debería ir por otras vías. En lugar de buscar los recursos energéticos en el exterior como prioriza esta propuesta, deberíamos mirar a los recursos que ya disponemos, y apostar claramente por las energías renovables, que son limpias y autónomas. Con una apuesta diversificada en cuanto a las fuentes, el desarrollo de las redes inteligentes para permitir una generación distribuida, y un último empujón a los sistemas de almacenamiento de electricidad mediante programas de I+D, la seguridad eléctrica estará dada. Además, hay que tener en cuenta que no toda la energía es electricidad. Hay que desarrollar más los sistemas de geotermia de baja entalpía para el acondicionamiento de los edificios, además de apostar por biomasa local de producción sostenible. Una Unión energética que se basa en las energías renovables, distribuidas y en manos de la ciudadanía. Con todo esto tendríamos definitivamente un sistema energético seguro en toda la Unión Europea, además limpio y con escasa dependencia del exterior.

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Aitor Urresti

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