Hemos convertido la energía en uno de los recursos básicos de nuestra sociedad, una sociedad que sería inimaginable sin energía. Derrochamos energía sin medida, y a pesar de que tenemos claro que no se puede mantener el actual nivel de consumo en el tiempo, el sistema y las empresas energéticas nos empujan a consumir aún más. En Irabazi Euskadi tenemos claro que tenemos que poner la energía en manos de la ciudadanía, para iniciar una revolución desde abajo.

Por desgracia, la energía no es visible, y al contrario que sucede con otros recursos como el agua, que vemos claramente cuándo la consumimos, con la energía no siempre somos conscientes de lo que gastamos, hasta que no nos llega la factura a casa.

Teniendo en cuenta la importancia que tiene la energía en nuestra sociedad, resulta sorprendente que hasta hace bien poco apenas haya recibido atención por parte de los partidos políticos, sobre todo si tenemos en cuenta que en los próximos años el modelo energético va a tener que afrontar retos de vital importancia: la dependencia, duración de los recursos, el reparto, el cambio climático, y la falta de democracia.

Ante estos retos, qué podemos hacer? El capitalismo y las multinacionales están en contra de las personas y el planeta, lo sabemos, y no que ver la energía en manos de la ciudadanía. Al mismo tiempo, los gobiernos y representantes mundiales no han hecho nada hasta ahora, sólo palabras bonitas, pero ninguna acción real. Estamos siguiendo la política del avestruz en el ámbito energético: ante un problema, escondemos la cabeza, hasta que el problema desaparezca, o alguien lo solucione. Y mientras tanto, en lugar de cambiar la política energética, vamos en la dirección contraria, con propuestas cada vez más alocadas:

  • Fracking, que no es más que un intento de exprimir el planeta hasta la última gota, para extraer los bonos basura de los hidrocarburos: alto riesgo, crisis asegurada
  • Energía nuclear, con la propuesta de reapertura de la central nuclear de Garoña, jugando a la ruleta rusa con la población, para único beneficio de Iberdrola
  • La apuesta por el gas natural en Euskadi, dejando de lado las energías renovables
  • Priorizar los beneficios económicos de las empresas energéticas, por delante de las necesidades de las personas

Está claro que no podemos poner nuestras esperanzas en las grandes instituciones y multinacionales. Por eso, tenemos que empezar una revolución energética desde abajo, poniendo la energía en manos de la ciudadanía. No podemos seguir esperando, ya en 2011 la Agencia Internacional de Energía advirtió que 2017 podría ser el punto de no retorno para el cambio climático, y es evidente que desde entonces no se ha hecho ningún avance. Por eso mismo, porque no podemos esperar más a que el resto tomen decisiones, tenemos que ser las personas las que cambiemos el modelo energético, en una revolución cooperativa empezada desde abajo.

Está claro cuál es el camino en el que tiene que ir el nuevo modelo energético: ahorro y eficiencia energética, y basado en las energías renovables en manos de la ciudadanía. En Irabazi nuestras propuestas van en esta misma línea, porque tenemos claro que para empezar una revolución energética desde abajo, poniendo la energía en manos de la ciudadanía, hay que actuar sobre las políticas locales, desde los municipios y las comarcas:

  • Tenemos que empezar desde auditorías energéticas a nivel municipal, comarcal y foral, para conocer la forma en la que consumimos, y cuantificar los recursos energéticos de que disponemos
  • Iniciar planes de ahorro energético local, introduciendo las bolsas de eficiencia, esto es, aprovechando los ahorros económicos que se generan al aplicar medidas de ahorro y eficiencia, para financiar nuevas formas medidas de ahorro
  • Poner en marcha planes para la soberanía energética a nivel municipal, comarcal y foral
  • Las instituciones locales tienen que ser pioneras, para que las personas vean que el nuevo modelo energético es posible y útil
  • Trabajar siempre desde lo local, desde abajo, impulsando las pequeñas cooperativas ciudadanas, poniendo a las personas en el centro de las políticas, para que la ciudadanía tome las riendas

Como he comentado antes, tenemos claro que las instituciones municipales y forales son el lugar apropiado para poner en marcha esta revolución energética, y ese es uno de los motivos que nos anima a presentarnos a estas elecciones. Tal vez no seamos grandes, pero sabemos que el futuro está en las cosas pequeñas, en manos de las personas. Devolvamos a las personas al centro de las políticas, poniendo la energía en manos de la ciudadanía. Construyamos un puente entre las personas y las instituciones, para hacer llegar la voz de la ciudadanía a las instituciones. En definitiva, ganemos las instituciones, para ganar el futuro para las personas.

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Aitor Urresti

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