En muchas ocasiones me habréis leído/oído hablar de que el nuevo modelo energético tiene que estar basado en el ahorro, la eficiencia energética y las energías renovables en manos de la ciudadanía. Una frase que de tan repetida, en ocasiones me pregunto si la gente entenderá a qué se refieren cada una de las palabras que se mencionan en esta definición. Así que hoy voy a dar unas pinceladas de cada una de ellas, que desglosaré con más detalle en entradas posteriores.
- Ahorro: está claro lo que es, no? Vivimos en una sociedad desarrollada que consume vorazmente energía y productos. Está claro que tenemos que reducir el consumo de energía lo máximo posible, pero sobre todo lo que está demostrado es que tenemos mucho margen para el ahorro, reducir el consumo es fácil, y lo tenemos que hacer lo antes posible.
- Eficiencia energética: A pesar de todo, vamos a tener que seguir consumiendo algo de energía. Realmente lo que hacemos al consumir energía es transformarla. Por ejemplo, al encender una luz, convertimos la electricidad en luz. La eficiencia se centra en ese proceso de transformación de energías. Lo normal es que en esos procesos siempre haya una pérdida de energía (1). Tenemos que conseguir reducir esas pérdidas de energía, y ahí es donde entra en juego la eficiencia energética.
- Energías renovables en manos de la ciudadanía: las energías renovables sabemos que son energía limpias y autónomas, con un impacto ambiental bajo, y que no dependen de la compra de un combustible que tengamos que importar. Pero no basta con que sean limpias y autónomas, tenemos que asegurar que estén en manos de la ciudadanía para evitar el problema del control oligopolístico que tenemos hoy en día, en el que unas pocas empresas controlan la mayoría de la generación y venta de un bien básico como es la energía, y dictan las leyes que lo regulan.
Los próximos días (siempre que no se me crucen más abdicaciones) iré desgranando estos y otros conceptos sobre el modelo energético, y le iré añadiendo también explicaciones de las propuestas y apuestas que hacemos desde EQUO.
(1) Puede llegar a perderse más del 70% de la energía en esas transformaciones, como en algunas centrales de carbón y nucleares