Segunda parte de lo que expliqué en la asamblea de Bizkaia de 
Goiener, y de paso retomo mi serie de explicaciones del sistema 
eléctrico

El escándalo saltó el 19 de diciembre pasado: la subasta CESUR de ese día marcaba una subida del precio de la factura eléctrica del 11% para el siguiente trimestre. Esto supuso que por fin se pusiera al descubierto el mal funcionamiento del mercado eléctrico. Una manipulación de tal calibre que obligó al gobierno a intervenir y a poner fin a esta forma de fijar el precio de la luz, a pesar de que no ha sido el sobreprecio más importante de la historia de la subasta.

Este escándalo ha traído dos grandes preguntas; ¿Qué es eso de la CESUR y por qué era tan fácil manipular los precios? y ¿si se anula el sistema de subasta, qué método se va a usar como alternativa? Vamos a ver si contesto a las dos preguntas.

La mayoría de los hogares tienen lo que se conoce como la Tarifa de Último Recurso o TUR (1). Esta tarifa tiene un precio fijo, marcado por el gobierno. Para fijar ese precio, se realizaba una subasta trimestral, que es la famosa subasta CESUR anulada en diciembre. En esta subasta, lo que se compra es la electricidad que van a recibir los clientes de la TUR durante el trimestre siguiente. Los participantes en la subasta van ofreciendo consecutivamente precios más bajos por una cantidad cada vez menor de la electricidad, hasta que se igualan todas las ofertas con el total de energía a comprar.

Por explicarlo con un ejemplo: supongamos que la demanda del próximo trimestre va a ser de 20 unidades, y se presentan 4 participantes. Inicialmente todos los participantes se ofrecen a comprar las 20 unidades por un precio de 1000 € cada una. Como todos han ofrecido a comprar el total, hay exceso de oferta, así que se pasa a una segunda ronda. Ahora, uno de los partipantes se ofrece a comprar 15 unidades por 800 €, otro 12 unidades por 900 €, el tercero 13 unidades por 850 €, y el último 8 unidades a 750 €. Se continúa con este proceso hasta que no hay un exceso de oferta, y el precio de esa ronda es el que se usa como resultado de la subasta CESUR.

El problema de este tipo de subasta es que convierte el mercado eléctrico en un mercado de futuros, esto es, un producto financiero con el que se puede especular. Y eso es lo que ha venido pasando desde el primer momento. Las empresas que ganan la subasta se comprometen a vender la electricidad al precio que haya salido, comprándola en el mercado diario de la electricidad. Evidentemente su interés es que el precio sea lo más alto posible, para sacar un buen beneficio de esta compraventa. Y así ha venido pasando en prácticamente todas las subastas.  Las primeras en pujar en la subasta suelen ser las eléctricas, pero se retiran rápidamente dejando el paso a grupos financieros, que se preocupan de mantener el precio final lo más alto posible.

En los 52 meses en los que ha estado vigente, nada menos que durante 42 meses, ha fijado precios por encima de los del mercado de la electricidad, incluso superiores en más de un 20% los meses de julio, agosto, octubre, noviembre y diciembre de 2009; enero, febrero, marzo y abril de 20010; abril de 2012; y febrero, marzo y abril de 20013. Muy recientemente, por ejemplo, en marzo y abril de 2013, los precios fijados en la subasta llegaron a duplicar los precios del mercado con un incremento del109% y del 149%, respectivamente (2). En vista de estos datos, no se termina de entender cómo se ha tardado tanto en eliminar la subasta, pero bueno, en algún momento se tenía que romper la baraja.

Y como casi todo lo que ocurre con el señor Soria, en este tema también hemos asistido a la gran incapacidad de improvisación. Evidentemente, en cuanto el ministerio anuncia la suspensión de la subasta, la pregunta que todo el mundo se hace es: ¿y ahora qué? Y ahí empieza el show: media de los tres meses anteriores, media de los seis meses anteriores, numeros al azar dichos por Sandro Rey mientras hace el pino puente a las tres de la mañana….

A fecha de hoy lo único que tenemos encima de la mesa es un borrador de real decreto, a menos de un mes de que expire el trimestre actual, y que se tenga que poner en marcha el nuevo mecanismo. Se cambia el nombre de Tarifa de Último Recurso, a Precio Voluntario para el Pequeño Consumidos (PVPC). La propuesta de nuevo precio en este borrador no puede ser más desconcertante: la nueva factura eléctrica se cobrará hora a hora el precio de la luz que marca el mercado eléctrico.

Algo que de primeras no tiene por qué ser una mala idea, se topa de frente ante la realidad: no estamos preparados. Para poder hacer una tarifa con un precio que cambia hora a hora, necesitamos un contador que mande la lectura horaria a la empresa comercializadora. Los nuevos contadores electrónicos lo hacen, pero no todos los hogares están provistos de estos contadores. Para los hogares que tengan los contadores analógicos, el decreto establece que se hará una media atendiendo a un perfil de consumo tipo. Al menos de momento estos perfiles no se publican con antelación con lo que estos hogares no sabrán a priori el precio que se les va a aplicar a su electricidad. Pero incluso quien tenga el nuevo contador digital, los que están instalando las compañías eléctricas tienen anulada la posibilidad de que el consumidor acceda a sus datos de consumo, con lo que su factura también será opaca. Sea como sea, este sistema anula todos los derechos de los consumidores, puesto que se les obliga a comprar un producto del que no se le informa el precio que va a tener.

Aún así esta nueva propuesta sigue fallando en lo mismo que las anteriores: siguen usando el mercado eléctrico como mecanismo de fijación de precios, que como ya expliqué en una entrada anterior, no funciona para las características de nuestro sistema eléctrico.

A pesar de todo, a algunos nos queda la extraña sensación de que tal vez este descontrol que percibimos no sea más que una estrategia bien calculada para que ante la evidente complejidad del nuevo sistema, más consumidores salgan de las tarifas reguladas hacia las tarifas libres que nos ofrecen las eléctricas, y que a pesar de la propaganda que nos anuncia grandes descuentos, siempre terminan con una electricidad más cara que las tarifas reguladas, beneficiando a las eléctricas.

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(1) La tarifa TUR está regulada por el gobierno, por lo que es la tarifa por defecto, y al mismo tiempo, la que se suele usar de referencia. Es la tarifa más contratada, por el 80% de los consumidores.
(2) Jorge Fabra Utray: Después de la subasta eléctrica… la propaganda

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Aitor Urresti

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