El clima ha cambiado(1). Son muchas las evidencias que tenemos de ello, a pesar de que algunos se empeñan en negar la realidad: el aumento del nivel del mar, el retroceso de los glaciares, el deshielo de los polos, el avance de especies tropicales a zonas en las que no eran habituales, la progresiva desertificación… Es un proceso lento, pero que resulta más que evidente cuando se analiza a lo largo de años.

Ya no hablamos como hace años de la necesidad de realizar cambios para detener el cambio climático. El objetivo ya no es parar el cambio, sino intentar que este cambio no sea catastrófico para la humanidad. En esta línea, el último informe del IPCC no puede ser más contundente:

Sólo un cambio radical frenará el cambio climático

Pero, por aclarar conceptos, ¿de qué hablamos cuando hablamos de cambio climático?

Cambio climático, calentamiento global, efecto invernadero: distintas expresiones para hablar del mismo concepto: el clima está cambiando, está aumentando la temperatura del planeta, y lo hace debido al efecto invernadero.

El nombre de efecto invernadero es lo suficientemente visual para hacernos una idea de lo que sucede. Los rayos del sol atraviesan la atmósfera, igual que atraviesan la cubierta del invernadero, calentando la tierra. Pero la cubierta del invernadero impide que el calor escape, manteniendo mayor temperatura dentro. Con la atmósfera, en lugar de tener una cubierta de cristal rodeándonos, tenemos unos gases que hacen el mismo efecto. Estos son los llamados gases de efecto invernadero, y el más conocido de ellos es el anhídrido carbónico o CO2. De todos modos, hay algunos más a tener en cuenta. Vamos a ver cuáles son los más importantes:

  • Vapor de agua: es el gas de efecto invernadero más importante, y es responsable de la mitad del efecto invernadero. La aportación de la actividad humana a la presencia de vapor en la atmósfera es mínima, sobre todo proviene de la evaporación de los océanos.
  • Anhídrido carbónico o CO2: es el segundo gas en importancia para el efecto invernadero. Las emisiones de CO2 han aumentado de forma importante por la quema de combustibles fósiles, y el desarrollo industrial. Esto ha supuesto un desequilibrio que hace que en la actualidad se emita más CO2 del que se puede absorber, con lo que su concentración en la atmósfera va aumentando.
  • Metano: su concentración en la atmósfera es mucho menor que la del CO2, pero su poder de efecto invernadero es 23 veces mayor. Se trata de un gas que se forma en la descomposición de la materia orgánica en pantanos y lagos, así como en la digestión de los animales. El aumento de la ganadería intensiva, los vertederos, o ciertas prácticas de agricultura como la deforestación o los arrozales están provocando un fuerte aumento de su concentración en la atmósfera.
  • Óxido de nitrógeno: se origina en las zonas húmedas del planeta, debido a la acción de las bacterias, el uso de fertilizantes en agricultura, o la quema de combustibles. Su poder de efecto invernadero es de 250 veces el del CO2.
  • Ozono: el famoso ozono del agujero sobre el polo sur, que evita la entrada de rayos ultravioleta a la tierra, es también un fuerte gas de efecto invernadero, que se genera en los tubos de escape y las chimeneas. Mientras que en las capas altas de la atmósfera su concentración ha disminuido, en las capas bajas su concentración se ha multiplicado por siete. Su poder de efecto invernadero es de 1000 veces el del CO2.
  • Gases industriales: además de los mencionados, hay una serie de gases sintéticos creados por el ser humano, y que tienen un efecto importante sobre el efecto invernadero. Se utilizan como refrigerantes, gases propulsores, o extintores de incendios entre otros. Su efecto es entre 5,000 y 10,000 veces superior al CO2, y además tienen una duración en la atmósfera de decenas de miles de años.

El efecto invernadero en sí es un fenómeno natural que ha facilitado la vida en la tierra, consiguiendo que las temperaturas sean mayores que las que corresponderían, sobre todo por la noche. No tenemos más que pensar que la temperatura nocturna en la luna es de -233ºC! Sin la atmósfera y su efecto invernadero natural, la temperatura media de la tierra sería de -18ºC, en lugar de los 15ºC que tenemos.

El problema que tenemos en la actualidad es que el aumento de la concentración de estos gases en la atmósfera, está provocando un aumento importante de la temperatura superficial, y está provocando cambios en el clima que pueden resultar irreversibles y catastróficos. Durante los últimos 800.000 años los niveles de CO2 siempre se han mantenido por debajo de 300 ppm (2), hasta la revolución industrial, momento en el que empezó a aumentar de forma notable. En poco más de 150 años hemos superado ese límite, y estamos en la actualidad en los 400 ppm. En el mismo tiempo se ha duplicado la concentración de metano, y hemos añadido nuevos gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Todos los modelos de predicción climática predicen que este aumento de gases de efecto invernadero va a suponer un mayor aumento de la temperatura media del planeta. Esto además está provocando que se pongan en marcha procesos de realimentación que multiplican el propio calentamiento. Por citar algunos:

  • El aumento de la temperatura está provocando el deshielo de los polos. El hielo hace que parte de la radiación del sol se refleje y vuelva al espacio sin calentar el entorno. Al haber menos hielo, la radiación calienta la tierra o el mar, provocando un mayor aumento de la temperatura.
  • La concentración de vapor de agua depende de la temperatura. A mayor temperatura, mayor concentración, y al ser el vapor un gas de efecto invernadero, esa mayor concentración provocará un nuevo aumento de temperatura, creando un círculo vicioso de recalentamiento.
  • Un aspecto que preocupa especialmente es el deshielo de la tundra, tanto en Siberia como en Canadá. En el suelo de la tundra hay gran cantidad de metano atrapado. El deshielo de esta zona puede provocar el escape de este gas, lo que puede traer unas consecuencias catastróficas.
  • El océano está cada vez más caliente, y también está aumentando su acidez. Esto está provocando la muerte de grandes extensiones de coral, que es uno de los grandes absorbedores de CO2, provocando un mayor aumento de este gas en la atmósfera. Algo similar está ocurriendo con la desertificación de grandes áreas del planeta.

La actividad humana es la causante principal del aumento de gases de efecto invernadero, que a su vez ha desatado procesos de realimentación que van a multiplicar el efecto de la subida de la temperatura del planeta. Este aumento de temperatura ha alcanzado ya el punto de no retorno, con lo que todo indica que el cambio climático está aquí para quedarse. Urge tomar medidas para frenar el cambio climático y conseguir que al menos sus consecuencias no sean desastrosas. Medidas que sin duda vienen por un replanteamiento del sistema económico y productivo, del modelo energético y de los valores sociales por los que nos movemos.

¿Ponemos manos a la obra?

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(1) El título de la entrada hace referencia al genial comic «Climate Changed/Saison Brune» de Philippe Squarzoni, que os recomiendo leer si queréis profundizar en el tema del cambio climático
(2) ppm: partes por millón. Un ppm equivale al 0.0001%. Como se puede ver es una cantidad muy pequeña, y se suele usar para medir concentraciones pequeñas

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Aitor Urresti

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